Con todo lo que se escucha, pero sin todavía poder dar la opinión propia, pensaba que el DF sería la típica ciudad mencionada. Caos, caos y más caos.
¿Cuál sería mi sorpresa?
Es una ciudad increíble.
Edificios, gente, movimiento. Su estilo peculiar que va desde los vendedores ambulantes del metro, las calles atiborradas de personas, los más exquisitos manjares típicamente mexicanos, hasta los edificios más bellos, la esencia, la cultura, la historia.
Combinación exótica a la exquisitez.



Bellas Artes
Una noche del DF
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