Expo Fotográfica por Esteban Velázquez
Curaduría. Daril Fortis
Galería de arte Praxis, Pasaje Rodríguez, Zona Centro. Tijuana, Noviembre del 2010.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvpHj-tp4B8nv9gnUPLEZ2I3w9-AOjepmEvQAxJK3gOwBdM9xpPOK_nSTXcAPngAntbbFiV071qSQM0DSn1RTyqJSFhmOHMXBpi9F4Sr7lC3Us0P0xaJwxkTjAfZIwTmKgzZExUtp9J2Q8/s400/Daniel.jpg)
La fuerza creativa surge del funcionamiento conjunto de nuestro cuerpo. El resultado impacta al resto del espacio y regresa buméricamente para invadir y transformar nuestra plasticidad corpórea. Es el ciclo de la carne y la acción, se trata del remodelaje de ida y retorno, que transgrede todo cuerpo y mantiene un reensamblaje continuo.
Más que mostrar corporalidades masculinas descubiertas, Esteban Velázquez intenta enfrentarnos a este ciclo, nos presenta la desnudez de la acción y pone en evidencia su incidencia inaplazable sobre la carne.
Los cuerpos reflejan su acción esencial. Se persigue el regreso al origen, el volver al disfrute del evento creativo, a la experimentación completa, dejando de lado los mitos, paradigmas y expectativas sociales que se imponen al ser en una suerte de encadenamiento prefabricado a su actividad primordial.
La carne del mundo es entonces la oportunidad de reparar en nuestro poder y vulnerabilidad hacia la creación, saber que la carne del mundo “es el tejido común del que todos estamos hechos” (Lo visible y lo invisible, 1964, Maurice Merleau-Ponty).
Daril Fortis
Más que mostrar corporalidades masculinas descubiertas, Esteban Velázquez intenta enfrentarnos a este ciclo, nos presenta la desnudez de la acción y pone en evidencia su incidencia inaplazable sobre la carne.
Los cuerpos reflejan su acción esencial. Se persigue el regreso al origen, el volver al disfrute del evento creativo, a la experimentación completa, dejando de lado los mitos, paradigmas y expectativas sociales que se imponen al ser en una suerte de encadenamiento prefabricado a su actividad primordial.
La carne del mundo es entonces la oportunidad de reparar en nuestro poder y vulnerabilidad hacia la creación, saber que la carne del mundo “es el tejido común del que todos estamos hechos” (Lo visible y lo invisible, 1964, Maurice Merleau-Ponty).
Daril Fortis
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